Crear para ayudar, un estilo de vida de la profe Sindey Carolina Bernal
- Colombia comenzó a aplicar el Diseño Universal para el Aprendizaje con el decreto 1421 de 2017, mediante el cual se reglamenta. en el marco de la educación inclusiva, la atención educativa a la población con discapacidad para la cual las TIC son aliadas fundamentales.
- Sindey ha sido merecedora de numerosos reconocimientos por su labor docente mediada por las TIC, la más reciente de ellas, el premio como mejor profesora de Iberoamérica otorgado por la Fundación para la Integración y Desarrollo de América Latina, FIDAL.
Una aplicación para que los niños con síndrome down aprendan a reconocer un computador, un giroscopio para que las personas sin brazos puedan manejar el mouse del computador con su cabeza, páginas web para facilitar el aprendizaje de la población sorda, simuladores virtuales de terapias para personas con problemas de movilidad, un juego virtual para niños con depresión, audiocuentos con braile o aplicaciones para favorecer la enseñanza de lengua de señas son solo algunas de las más de 100 soluciones TIC para personas con discapacidad ideadas por los estudiantes de 9º,10º y 11º del colegio Enrique Olaya Herrera de Bogotá.
Pero ninguna de estas ideas podrían haber sido realidad sin el gran trabajo y compromiso de la profesora Sindey Carolina Bernal, Licenciada en Diseño Tecnológico de la Universidad Pedagógica Nacional y enamorada de los retos. Buscando garantizar el acceso a la educación de todas las personas, esta bogotana amante de la tecnología, creó en 2015 el semillero de investigación escolar 'Inclutec', desde el que los estudiantes diseñan e implementan recursos tecnológicos luego de apadrinar a niños de primaria con discapacidad para luego desarrollar un proyecto TIC que favorezca su inclusión.
Todo comenzó cuando Bernal se encontraba cursando su pregrado. Por aquellos días, en una de las materias electivas, tenía un compañero sordo que asistía a las clases en compañía de su intérprete. Sindey siempre estuvo muy interesada en comprender las señas, los gestos y movimientos que hacía esta persona para comunicarse con el estudiante por lo que no dejaba de mirarlo. Pero un día sucedió algo inesperado, su compañero llegó al salón sin la compañía del intérprete, fue entonces cuando todos en la clase se vieron enfrentados a una barrera de comunicación para interactuar con él.
Sindey entendió que debía hacer algo y se propuso aprender lengua de señas, sin embargo, consideró que esto no era suficiente, así que tiempo después, como proyecto de tesis de grado, decidió crear un software que reconocía la voz y la traducía a lengua de señas colombiana. Asimismo, debido a su buen rendimiento académico, durante el pregrado consiguió un trabajo como monitora del grupo de investigación 'Synapsis' de su universidad, en el que las personas de diferentes carreras como ingeniería mecánica, electrónica, de sistemas, diseño tecnológico y biología se reunían y creaban soluciones aumentativas para personas con discapacidad, es decir, aquellas que aplican todas las modalidades de comunicación, además del habla, para expresar pensamientos, necesidades, deseos e ideas a partir de campos como la robótica y la realidad virtual.
Pero tal como se lo dijo uno de sus profesores, este proyecto no quedaría archivado en la biblioteca de la universidad, sino que más adelante se convertiría en su proyecto de vida, pues gracias a su disciplina, tras finalizar su licenciatura, Sindey inició becada su maestría en Tecnologías de la Información aplicadas a la Educación. Fue en ese momento cuando se presentó a la convocatoria 'Jóvenes investigadores' de Colciencias, en la cual salió favorecida y pudo disponer de las instalaciones, dispositivos y recursos de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional para crear un sistema inteligente que reconocía las señales cerebrales y las traducía a lenguaje verbal y escrito.
El gusto y la pasión por ayudar seguían creciendo en la ahora profesora, que no paraba de aprender en todo lugar y momento. Recordaba siempre las palabras que como profecía les decía su madre a ella y a su hermano Juan José cuando eran tan solo unos niños y enfrentaban una difícil situación económica, …"En algún momento de su vida esto va a cambiar y ustedes lo van a lograr estudiando". Por eso, Sindey, quien ya tenía una amplia formación tecnológica, consideró que para continuar trabajando y desarrollando soluciones tecnológicas para las personas con discapacidad necesitaba formarse en inclusión razón por la que se matriculó en un doctorado en educación inclusiva en el que para su tesis doctoral creó un aula virtual inclusiva enfocada en personas sordas con la lengua de señas colombiana.
Gracias a su trabajo educativo mediado por las TIC, Sindey ha sido merecedora de numerosos reconocimientos como estar entre los 50 mejores profesores del mundo según el Global Teacher Price, o más recientemente, ser galardonada por la Fundación para la Integración y Desarrollo de América Latina, FIDAL como la mejor profesora de Iberoamérica por aprovechar de forma positiva la tecnología para fortalecer el aprendizaje.
Pero, quizá la experiencia más significativa que le ha brindado su trabajo, fue viajar en 2018 a Corea del Sur como parte del programa 'ICT for Colombian Teachers' del Ministerio de Educación y el gobierno de este país. Luego de presentarse por tercera vez fue escogida dentro del grupo de 18 maestros del país para viajar a Incheon, una ciudad cercana a la capital, Seul, a recibir durante dos semanas entrenamiento en el uso pedagógico de herramientas TIC.
Desde que puso los pies en tierra coreana le sorprendió que lo más importante para este país es la educación, de hecho, cerca de la cuarta parte del presupuesto nacional de Corea se invierte en educación y las TIC son consideradas el pilar de esta tarea.
"La tecnología es transversal a todas las materias, no una materia más como a nosotros nos han enseñado. Ellos dicen que todo, absolutamente todo, se soluciona con educación, la pobreza, la guerra, la inequidad, todo; por eso su principal objetivo es que los coreanos reciban una buena educación", afirma la profe Sindey claramente emocionada.
Durante su visita al país asiático, el grupo de profesores colombianos tuvo la oportunidad de visitar colegios, universidades, museos y recibir talleres en diferentes campos tecnológicos como impresión y modelado 3D, robótica, realidad virtual aumentada, además de visitar las principales empresas tecnológicas como LG y Samsung para conocer todos los desarrollos tecnológicos avanzados. "Cada día fue una experiencia maravillosa, es increíble todo lo que ellos hacen, incluso pudimos compartir todo un día con una familia coreana para conocer sus costumbres y estilo de vida", cuenta la profe.
Las dos semanas se pasaron volando y Sindey regresó al país con una maleta adicional a la que había llevado, una maleta con kits de robótica arduino y otros dispositivos para que sus estudiantes pudieran experimentar y aprender cacharreando, una maleta llena de aprendizajes, sueños e ideas novedosas que sabía que podían cambiar la vida de sus alumnos, una maleta que desbordaba de ganas por compartir lo que ella había aprendido.
Meses más tarde, una comisión de Corea visitó el colegio Enrique Olaya Herrera, a ritmo de música colombiana y deleitando delicias gastronómicas como la almojábana o el ajiaco santafereño. El grupo de extranjeros llegó a la institución y conoció los proyectos que los estudiantes habían desarrollando con base a lo que su profesora había aprendido.
Son varias las personas que han marcado la vida de esta joven investigadora desde su infancia hasta hoy. Su hermano Juan José, ingeniero de sistemas y un 'duro' en desarrollo de software es quien, además de ayudarla con varios de sus proyectos, siempre la alienta a seguir adelante y a creer en ella cuando no encuentra salida; su profe de matemáticas en el Colegio Técnico Menorah, quien fue clave para que Sindey se convirtiera en docente o su profesor John Jairo Páez, director de su proyecto de grado en la UPN, a quien recuerda con mucho cariño y con quien todavía mantiene contacto, "Chinita, escuche, aprenda a escuchar que a veces uno es terco y no escucha", recuerda que le decía.
Hoy es ella quien con su constancia y dedicación para crear tecnología inclusiva se ha convertido en inspiración de todos sus estudiantes para desarrollar soluciones digitales para mejorar la vida de las personas con discapacidad. "Para que realmente Colombia sea inclusiva tenemos que empezar por que yo sea inclusiva, una familia inclusiva, un colegio inclusivo, una universidad inclusiva, una ciudad inclusiva y ahí sí llegar a una Colombia inclusiva y probablemente a un mundo inclusivo, afirma categóricamente.
Las TIC han sido fundamentales en la vida de Sindey Carolina, no solo como herramientas a través de las cuales han impactado sus estudiantes con los proyectos de sus semilleros, sino también en la creación de recursos educativos inclusivos que brindan mayor accesibilidad para que personas con discapacidad visual, auditiva, cognitiva o motriz puedan beneficiarse de sus clases sin ningún tipo de barreras ni limitaciones. "Debemos ver a las personas con discapacidad no desde sus limitaciones, sino desde sus capacidades que podemos fortalecer a través del uso de herramientas tecnológicas, identifiquemos sus habilidades y potenciémoslas desde el reconocimiento de la diversidad y la participación de todos.
Son más de 13 años a lo largo de los cuales la profe Sindey no solo ha motivado e inspirado a sus estudiantes a usar el poder de las TIC para transformar vidas y les ha enseñado con el ejemplo a ser persistentes y no renunciar a sus sueños, sino que, además, les recalca el reconocimiento, respeto y valoración de las diversidades.
"Así como mis profes me inspiraron desde la investigación y la licenciatura en diseño, yo también quiero inspirar a mis alumnos a transformar el mundo desde sus capacidades", afirma. Para ella, todos somos como un arcoiris que le da color a la vida y cada persona es solo uno de esos colores, por eso sigue trabajando incansablemente día a día, para que a través de la tecnología podamos disfrutar de un mundo multicolor.